La prueba de esfuerzo cardiaco: un test que todos debemos realizar

Si acabas de retomar tu rutina diaria de ejercicio te tenemos que recomendar un test muy práctico y útil en relación a tu pulso cardiaco. ¿Acostumbras medirlo cuando te estás ejercitando? ¡Es más importante de lo que crees! Así que te recomendamos leer todo sobre la prueba de esfuerzo cardiaco.
 
En resumen la prueba de esfuerzo cardiaco te permite evaluar la respuesta de tu corazón a cierta actividad física. Esta prueba, generalmente conocida como ergometría. se trata de una excelente herramienta diagnóstica-funcional para mejorar la práctica deportiva.
 
Todos sabemos que el deporte es salud, pero siempre y cuando se realice y se inicie de modo adecuado. Tenemos que entender que cuando hemos pasado mucho tiempo sin realizar actividad física o irregularmente no podemos arrancar con un entrenamiento de alta intensidad, sino que lo recomendable es poco a poco irnos exigiendo más conforme nuestro cuerpo lo vaya permitiendo y de esta forma evitar un problema de salud que pueda derivar en múltiples complicaciones.
 
Es importante revisar tu corazón antes de hacer ejercicio, una prueba de esfuerzo es un examen funcional y diagnóstico que nos permite estudiar la respuesta de nuestros pulmones, corazón, músculos y sistema metabólico al ejercicio físico.
 
Hay diversos tipos de prueba de esfuerzo, aunque las más comunes suelen ser el tapiz rodante (maquina de correr de toda la vida) y el cicloergómetro (bicicleta estática).
Durante la realización del esfuerzo físico (correr o pedalear), se monitorea el electrocardiograma y la tensión arterial, determinando la ventilación pulmonar, el consumo de oxígeno, la producción de CO2 y estado de la sangre. Los resultados te pueden dar una evaluación completa de tu desempeño y determinar específicamente los tipos de ejercicio que son adecuados para ti.
 
Una frecuencia cardíaca en reposo normal para un adulto promedio oscila entre 60 y 100 latidos por minuto. Generalmente, una frecuencia cardíaca más baja en reposo implica una función cardíaca más eficiente y un mejor estado físico cardiovascular.
 
Evidentemente a la hora de estar realizando una actividad física la frecuencia cardiaca sobrepasará los 100 latidos por minuto. Pero es muy importante monitorear correctamente esta frecuencia para evitar que se eleve demasiado o se mantenga muy baja.
 
Si no cuentas con un reloj que te mida automáticamente el pulso cardiaco, puedes identificar la frecuencia cardíaca midiéndote el pulso. Coloca el dedo índice y mayor en el cuello al lado de la tráquea. Cuando sientas el pulso, cuenta el número de latidos en 15 segundos. Multiplica ese número por cuatro para calcular tus latidos por minuto.
 
No olvides siempre consultar a un profesional en caso de que notes alguna actividad anormal en tu pulso. Te recomendamos al menos una vez realizar el test de esfuerzo cardiaco para que conozcas a mayor detalle la respuesta que tiene todo tu cuerpo al esfuerzo físico y tomes siempre las medidas necesarias para mantenerte sano.
Un profesional puede realizar una valoración adecuada en base las características psicológicas, fisiológicas y morfológicas de cada persona (edad, peso, enfermedades previas, tipo de deporte a realizar, intensidad del mismo, etc…). Cuida siempre de tu cuerpo.
 
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Por: Pau Barrera
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Paulina Barrera Arrieta, es egresada de Comunicación y Publicidad de la Universidad Panamericana Campus Guadalajara. Cuenta con una especialidad en Marketing Digital y ha colaborado en diferentes empresas de Publicidad, Marketing, Editoriales y Medios Digitales, cuenta con más de 5 años de experiencia en el medio. Practicó tenis de alto rendimiento por más de 10 años. Apasionada del box y amante del indoor cycling.